El gobierno mexicano firmó un contrato con Iberdrola, la mayor productora privada de energía del país, para comprar 13 centrales eléctricas por un valor de 6,000 millones de dólares. El acuerdo supone la venta del 77 por ciento de los activos de Iberdrola en México. El acuerdo permitirá al gobierno mexicano agregar 8,539 MW a su capacidad instalada total, ubicándose casi en el décimo lugar en el país. El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, calificó la adquisición como una "nueva nacionalización" y calificó el acuerdo de histórico y de interés para todos los mexicanos. Los activos adquiridos en México son combinaciones de gas que operan en un sistema de productores independientes de energía contratados con CFE en Monterrey I y II, Altamira III y IV, Altamira V, Escobedo, La Laguna, Tamazunchale I, Baja California y Topolobampo II.